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Manifestación por la soberanía alimentaria y la transición a un modelo agroecológico

Una docena de entidades agrarias de Navarra hacen un llamamiento en defensa de la soberanía alimentaria y contra el modelo agrario industrial en el Día Mundial de la Lucha Campesina y convocan a una movilización social el próximo sábado 27 de abril en el centro de Pamplona con el apoyo de más de un centenar de organizaciones sociales.

Doce asociaciones de pequeños/as productores/as de Navarra, entre las que están Baztango Zaporeak, Belardi, Habelarte, Plazara!, Etxalde, EHKOlektiboa, Bizilur Nafarroa, Hazialdeko o Ekoalde, con el apoyo de más de cien organizaciones de diferentes sectores sociales como grupos de consumo responsable, sindicatos, organizaciones de defensa del territorio, feministas o de economía social entre otras, convocan una movilización el próximo sábado 27 de abril en Pamplona, a las 17.30 horas en la Plaza del Baluarte.

Este miércoles 17 de abril, Día Mundial de la Lucha Campesina, queremos denunciar públicamente que estamos viviendo una situación límite. En los últimos 20 años en Navarra, el sector agrario se ha reducido a la mitad con menos de 14.000 producciones y menos de 2.300 personas agricultoras a título principal actualmente. Esta desaparición ha afectado fundamentalmente a nuestro modelo productivo, es decir a las producciones de menor tamaño, más diversificadas y vinculadas al territorio. Así por ejemplo, vemos cómo se extingue la ganadería extensiva y el pastoreo, mientras crece sin parar el modelo de macrogranjas, especialmente en el vacuno de leche, porcino y aviar, con animales permanentemente estabulados.

Este modelo intensivo provoca graves impactos: en el mundo rural, en el medio, en los recursos naturales (como el agua o el suelo contaminados por purines) o en el clima, pero también en los propios ganaderos y ganaderas obligados a un crecimiento y endeudamiento continuo para sobrevivir, desapareciendo los pequeños y concentrándose en empresas cada vez más grandes, donde también aumenta la explotación de los trabajadores agrarios, muchos/as de ellos/as migrantes.

La agroindustria como AN, COSTA, o UVESA impulsa este modelo integrado, donde las personas ganaderas pierden su autonomía. Y encima, gran parte de estas producciones, están destinadas a la exportación, como es el caso del cerdo. La vaquería “Valle de Odieta” en Caparroso, es la punta del iceberg de este modelo que se extiende apoyado con fondos públicos de las políticas agrarias (de Gobierno de Navarra, del Estado o de la Unión Europea).

Lo mismo sucede con la agricultura, donde están desapareciendo las pequeñas producciones, favoreciendo una gran concentración de la tierra en pocas manos, hasta el punto de ser ya la cuarta Comunidad del Estado con más superficie por explotación. Además el modelo que se está extendiendo no genera empleo rural, no cuida el entorno, ni nuestra salud, al contrario. El uso de pesticidas empleados en Navarra, está creciendo, especialmente los herbicidas, donde la superficie tratada se ha multiplicado por cinco en los últimos años.

Manifiesto por la Soberanía Alimentaria

Este modelo productivo, ni nos alimenta ni nos va a alimentar en un futuro. Por ello, 150 entidades navarras hemos firmado un Manifiesto por la Soberanía Alimentaria con propuestas para desintensificar la agricultura en Navarra. En él se plantea promover la transición hacia un modelo a pequeña/mediana escala, justo, diversificado, agroecológico y destinado prioritariamente a la comercialización y consumo local, con precios justos tanto para las personas productoras como consumidoras que reduzca la contaminación, apoye a los pequeños/as productores/as, disminuya la burocracia y frene la desaparición del sector agrario familiar y del mundo rural. Entre las propuestas realizadas destacamos:

– Proteger las tierras agrícolas frente a macroproyectos de energías renovables, minería, etcétera.

– No permitir explotaciones nuevas de ganadería industrial, ni ampliar las existentes y reducir las actuales en un 50% para 2030. Disminuir el uso de plaguicidas, fertilizantes químicos y antibióticos un 50% y convertir a producción ecológica el 25% de la tierra para consumo local.

– Apoyar manejos con baja huella hídrica frenando la expansión irracional del regadío.

– Fomentar los canales cortos de comercialización y la compra pública con producto local y ecológico.

– Adaptar la normativa higiénico sanitaria a las producciones a pequeña escala y promover infraestructuras de transformación colectiva.

– Acompañamiento, formación y apoyo a la desintensificación de las explotaciones industriales hacia un modelo agroecológico, con un presupuesto eficiente que redistribuya las ayudas para priorizarlo.

– Crear un Consejo Agroalimentario de Gobernanza Participativa con todos los agentes implicados, para poner en marcha una estrategia que impulse este proceso.

Movilizaciones agrarias

Por otra parte, ante las movilizaciones que se han producido últimamente en el sector agrario por la falta de rentabilidad, venimos denunciando desde hace años que esta situación es fruto de las políticas neoliberales, de libre comercio y globalización económica aplicada durante las últimas décadas en todo el mundo. También éstas son las responsables de que se haya dejado de producir alimentos para las poblaciones locales por mercancías destinadas a un mercado global especulativo controlado por el agronegocio, provocando la continua desaparición del campesinado en todo el mundo y la destrucción de los recursos naturales que hacen posible la vida (y la agricultura vinculada a la tierra), tanto aquí como en otras partes del planeta.

En este Día Mundial de la Lucha Campesina, decimos a la sociedad navarra que es necesario cambiar las políticas agrarias y los hábitos de consumo, apostando por un sistema agroalimentario que ponga la vida en el centro. Estas medidas deben ir acompañadas por políticas comerciales coherentes, paralizando todos los acuerdos de libre comercio (Mercosur, con Nueva Zelanda, etcétera) y regulando los mercados para que las personas productoras puedan cobrar unos precios justos y se prohíba vender por debajo de los costes de producción.

Y por último, pedimos a las personas consumidoras que apoyen con su compra este modelo eligiendo productos locales, agroecológicos, de pequeñas producciones, adquiridas en pequeño comercio y mediante canales cortos, porque el otro eslabón de la cadena que nos ahoga son las grandes distribuidoras alimentarias.

Ahora, más que nunca, es necesario construir alianzas campo-ciudad, entre el sector productor que cuida la tierra, las personas consumidoras, las administraciones y toda la sociedad para hacer la transición agroecológica que necesitamos, porque estamos hablando de alimentación y esto nos interpela a todas.

Porque es momento de actuar, todas a la calle el próximo 27 de abril.