La ECONOMIA SOLIDARIA es una alternativa que pretende que la economía esté al servicio del desarrollo humano sostenible y participativo, y sea un poderoso instrumento de transformación social, de construcción de la justicia, y de lucha contra la exclusión.
Nació como respuesta a las crecientes desigualdades del momento y aunque siempre ha estado ahí- movimiento cooperativista, por ejemplo-. Es ahora que las diferentes crisis en los países y tragedias ambientales, conflictos, demuestran de nuevo la gran desigualdad económica y social, y renace en boca de iniciativas de la sociedad y grupos de presión con más fuerza, pues tal cual dice la Red de Redes de Alternativas y Economía Solidaria (REAS) la Economia Social y Solidaria: “la economía debe de ser un instrumento al servicio de la sostenibilidad de la vida en todas sus facetas”.
La ESS es un conjunto de prácticas económicas- de trabajo, de consumo, de finanzas o monetarias- que se construye sobre la relación entre lo local y lo global y están comprometidas con el entorno social y el medio ambiente. Están orientadas no a la máxima del beneficio, sino aumentar el bienestar de la población.
Valores como la solidaridad, la justicia, la cooperación mutua y la participación democrática son la base de las ESS. Forma parte de la lucha en pro de una ciudadanía activa, una soberanía alimentaria, el bienvivir, el empoderamiento de las comunidades, la emancipación de la mujer o el respeto por la diversidad cultural, religiosa y racial.
El modelo económico social y solidario
El modelo económico tal como se ha entendido hasta la actualidad ha producido severos desajustes internacionales en el plano social y medioambiental.
La Economía Solidaria viene contribuyendo desde hace décadas a un cambio de modelo, a través de: la promoción de circuitos económicos alternativos; el emprendizaje social basado en el trabajo colectivo; el impulso de la gestión comunitaria y cooperativa de bienes y servicios comunes o el desarrollo de nuevas formas de intercambio (mercados y monedas sociales, consumo colaborativo y cooperativo, etc).
Se busca construir un modelo social, económico y político post-capitalista. Si bien la rentabilidad es uno de los objetivos de las empresas que trabajan bajo una Economía Social y Solidaria, en todo caso, la tendencia es invertir los beneficios en la misma población local y con fines sociales- ecoturismo, comercio justo- .
Se trata de que en la actividad económica, se gestionen de manera eficiente y equitativa los recursos, se fomente la economía local, exista un trabajo decente, se contribuya a revertir los efectos del cambio climático y se haga un reparto de los beneficios equitativamente.
Los principios
Principios de la Economía Social y Solidaria:
1. PRINCIPIO DE EQUIDAD. La igualdad es un objetivo social esencial allí donde su ausencia trae consigo un déficit de dignidad. Cuando se vincula con el reconocimiento y respeto a la diferencia, lo denominamos “equidad”, como principio ético de justicia en la igualdad. Es un valor que reconoce a todas las personas como sujetos de igual dignidad, y protege su derecho a no estar sometidas a relaciones basadas en la dominación sea cual sea su condición social, género, edad, etnia, origen, capacidad, etc. Todas las personas nos reconocemos mutuamente como iguales en derechos y posibilidades.
2. PRINCIPIO DE TRABAJO. Consideramos que el trabajo es un elemento clave en la calidad de vida de las personas, de la comunidad y de las relaciones económicas entre la ciudadanía, los pueblos y los Estados. Por eso para nosotras el trabajo es mucho más que un empleo o una ocupación. Desde la Economía Social y Solidaria situamos la concepción del trabajo en un contexto social e institucional amplio de participación en la economía y en la comunidad. Es necesario destacar y reforzar la dimensión humana, social, política, económica y cultural del trabajo que permita el desarrollo de las capacidades de las personas, produciendo bienes y servicios. Estas actividades se pueden ejercitar individual o colectivamente, y pueden ser remuneradas o no (trabajo voluntario) y la persona trabajadora puede estar contratada o asumir la responsabilidad última de la producción de bienes o servicios (autoempleo).
3. PRINCIPIO DE SOSTENIBILIDAD AMBIENTAL. Toda nuestra actividad productiva y económica está relacionada con la naturaleza, nuestra buena relación con ella es una fuente de riqueza económica y de buena salud. De ahí la necesidad de integrar la sostenibilidad ambiental en todas nuestras acciones, evaluando nuestro impacto ambiental (huella ecológica) de manera permanente. Queremos reducir significativamente la huella ecológica humana en todas nuestras actividades, avanzando hacia formas sostenibles y equitativas de producción y consumo, y promoviendo una ética de la austeridad consumista.
4. PRINCIPIO DE COOPERACIÓN. Trabajamos para favorecer la cooperación en lugar de la competencia, dentro y fuera de nuestras organizaciones, buscando la colaboración con otras entidades y organismos públicos y privados… Pretendemos construir colectivamente un modelo de sociedad basándonos en el desarrollo local armónico, las relaciones comerciales justas, la igualdad, la confianza, la corresponsabilidad, la transparencia, el respeto… Partimos de que la Economía Solidaria está basada en una ética participativa y democrática, que quiere fomentar el aprendizaje y el trabajo cooperativo entre personas y organizaciones, mediante procesos de colaboración, de toma de decisiones conjuntas, de asunción compartida de las responsabilidades y los deberes, que garanticen la máxima horizontalidad posible a la vez que respetan la autonomía de cada una, sin generar dependencias. Entendemos que estos procesos de cooperación deben extenderse a todos los ámbitos: local, regional, autonómico, estatal e internacional. Al articularse este trabajo en redes, su impacto e incidencia adquiere mayor relevancia.
5. PRINCIPIO “SIN FINES LUCRATIVOS”. Diferenciando de entrada el necesario beneficio económico que hace rentable cualquier actividad económica con el lucro económico como único objetivo de la actividad. El modelo económico que practicamos desde la Economía Social y Solidaria tiene como finalidad el desarrollo integral, colectivo e individual de las personas, y como medio, la gestión eficiente de proyectos económicamente viables, sostenibles e integralmente rentables, cuyos beneficios se reinvierten y redistribuyen. Esta “no – lucratividad”, está íntimamente unida a nuestra forma de medir los balances de resultados, que tienen en cuenta no solo los aspectos económicos, sino también los humanos, sociales, medioambientales, culturales y participativos. Se entiende por ello que nuestras actividades destinan los posibles beneficios a la mejora o ampliación del objeto social de los proyectos así como al apoyo de otras iniciativas solidarias de interés general, participando de esta manera en la construcción de un modelo social más humano, solidario y equitativo.
6. PRINCIPIO DE COMPROMISO CON EL ENTORNO. Nuestro compromiso con el entorno se concreta en la participación en el desarrollo local sostenible y comunitario del territorio. Se trata de encontrarse plenamente integradas en el territorio y en el entorno social en el que desarrollan sus actividades. Para ello la implicación en redes y la cooperación con otras organizaciones del tejido social y económico cercano, dentro del mismo ámbito geográfico son fundamentales. Entendemos esta colaboración como un camino, para que experiencias positivas y solidarias concretas puedan generar procesos de transformación en las estructuras que sostienen la desigualdad, dominación y exclusión. Nuestro compromiso en el ámbito local nos aboca a articularnos en dimensiones más amplias para buscar soluciones más integrales, respondiendo a la necesidad de transitar continuamente entre lo micro y lo macro, lo local y lo globa