Saltar al contenido

Amazon Planto. Stop Amazon

Son muchas las voces que vienen reclamando el boikot a la transnacional gigante del comercio electrónico por excelencia. Y no sólo por su impacto medioambiental y en el comercio local, sino porque Amazon no tiene una fiscalidad clara, y tampoco una política laboral limpia.

Amazon ha aumentado sus ingresos en un 70% en el último año, y aunque no hay aún un cálculo oficial del impacto del comercio electrónico, lo que está claro es que la dinámica que se está estableciendo hace de los comercios locales los grandes damnificados, y de la generación de residuos y emisiones de co2 un problema añadido a este tipo de consumo. Europa es actualmente el segundo consumidor mundial de comercio electrónico, modelo de producción deslocalizado que favorece la fabricación a gran escala en lugares donde la regulación de los derechos laborales y medioambientales es mucho más laxa.

Ha sido en Francia donde el llamamiento al boikot a Amazon ha transcendido desde las luchas sociales a las instituciones, consiguiendo retrasar los descuentos del gigante electrónica de la fiesta del consumismo que representa el Black Friday, al momento en que los comercios clasificados como “no esenciales” vuelvan a abrir. Y es que los impactos sociales, fiscales y medio ambientales de este tipo de consumo al alza no son menores.

Otras instituciones, en este caso en Catalunya, han decidido apoyar un proyecto que de momento es piloto pero que espera estar a pleno rendimiento entre junio y octubre de 2021. Tanto la Generalitat catalana como el Ajuntament de Barcelona han dotado de recursos económicos a esta nueva iniciativa. Se trata de favorecer el consumo local y trabajar con sistemas de distribución de menor impacto. Desde los valores cooperativistas y con los requisitos de sostenibilidad del Mercado Social de la Economía Solidaria, es un proyecto ideado por la Revista Opcions, centrada en el impulso del consumo consciente, con el apoyo logístico de Koiki, empresa sostenible de paquetería.

Así que antes de realizar cualquier consumo, ya sea a través del comercio electrónico o del modo tradicional, es bueno cuestionarse a una misma no ya sólo si aquello que estoy consumiendo lo necesito o no, también si no hay alternativas mejores y que ayuden a generar dinámicas beneficiosas y círculos virtuosos más allá de mi satisfacción personal. Son muchos y diversos los motivos para comprar en el comercio local y en la Economía Solidaria. Estas decisiones influyen e inciden a corto y medio plazo en la redistribución de la riqueza de nuestro entorno. Porque el pequeño comercio nos necesita, pero nosotras también necesitamos al pequeño comercio.

Etiquetas: