La moneda social no pretende anular o sustituir a la moneda oficial (el euro en nuestro caso) sino desarrollar una serie de aspectos sociales positivos a través de la economía local: fomenta lazos fuertes entre productores, comercios y consumidores; involucra a diferentes agentes sociales en el desarrollo local ya que aquello que beneficia a uno, beneficia al resto. Además reafirma la identidad local, el sentimiento de formar todos parte de un mismo colectivo, la cohesión y de ahí un sin fin de sinergias son posibles.
Pero, ¿qué es exactamente una moneda social? Se trata de una herramienta creada y utilizada por comunidades, colectivos y particulares con el objetivo de poder facilitar intercambios tanto de productos como de servicios o de conocimientos. El problema subyace en que el dinero sirve a aquel que lo crea y, hoy en día, la mayoría del dinero es creada “de la nada” por los bancos privados. El dinero ha dejado de ser un medio para convertirse en un fin en sí mismo. El objetivo principal de las monedas sociales es revertir esta situación desde lo local, recuperando la función para la que nació la moneda: ser un instrumento de intercambio útil para la economía real y la comunidad. En resumen, se trata de recuperar la soberanía monetaria, mediante la cual es la comunidad quien gobierna sobre su dinero y toma las decisiones relativas al mismo de forma democrática. Tres experiencias diferentes se dieron encuentro en nuestra Mesa Redonda en torno a las Monedas Sociales: Ekhilur, Eusko, y la moneda social de la Mancomunidad del Irati.
El ámbito para una moneda social e incluso para que convivan varias es lo que se denomina bio-región: la región donde se pueden cerrar circuitos energéticos, monetarios, de residuos, de productos frescos… unla identidad local y la referencia y confianza que supone es fundamental para una moneda social y esto es un detalle a tener muy en cuenta, porque por un lado el espacio territorial no puede abarcar demasiado, pero tampoco puede ser tan pequeño que no tenga recorrido interno suficiente. Hay que encontrar siempre el punto medio de equilibrio.
Esto debe interesar a los ayuntamientos. Ahora, para sostener el comercio local se están sacando bonos específicos, cuando las monedas sociales son mejor sistema para incentivar la economía local y con ella la de nuestras vecinas y vecinos, porque no incentivas sólo una primera compra, sino una relación comercial beneficiosa para todas las partes.
El Eusko es una moneda social muy usada en Iparralde. Nació en 2012, y al principio tenía forma de billete de 1, 2,5 y 10, ahora también es una App que permite el pago electrónico, desde 2017 y cuenta ya con 38 mil usuarios activos con casi 2 millones de Euskos en circulación. Para usarlo la gente se tiene que hacer socia de nuestra entidad. Los usuarios tienen que ser socios y deciden qué grupo quieren apoyar, ya que a través del Eusko pueden hacer una aportación a ese negocio (o a una entidad sin ánimo de lucro como ongs o asociaciones de la zona) del 3%. En 2019 se repartieron 38.000 euskos entre los comercios asociados. Se piden dos compromisos: trabajar en red con las empresas locales y apoyar fomentar el uso y el conocimiento del euskara. Ahora están estudiando las aportaciones del eusko a nuestro territorio en colaboración con una universidad, para medir las aportaciones del Eusko a múltiples ámbitos como medio ambiente, feminismo…
Desde la Mancomunidad del Río Irati también han puesto en marcha un proyecto basado en el uso de la Moneda Social, que empezó a gestarse en 2008, desde una realidad que no todas las personas entienden tampoco actualmente, que es que necesitamos reducir muchísimo nuestro volcado a los contenedores. La idea es simple: bonificamos o “compramos” el plástico no de envases y la materia orgánica por la Moneda Social Irati. Un Irati equivale a un Euro. Y con estos Iratis puedes realizar compras en los comercios del valle. Ha tenido diferente incidencia en los distintos pueblos, pero está funcionando muy bien. De momento es únicamente en billetes, pero no se descarta que se haga el salto a la moneda electrónica, porque a demás, a nivel de ciudadanía cada año aumentan los y las usuarias, en 2020 y pese a la Covid19, 1500 usuarios se sumaron a través del cambio por plástico. Es una satisfacción saber que salvamos todos esos kilos de plástico, que se sacan de los contenedores, se sacan del mar, y se les da una vida útil. Es un plástico que triturado, hay una empresa que se dedica a ello en Logroño, se utiliza para crear mobiliario urbano (mesas, sillas, papeleras, bancos…) y que se puede reciclar 32 veces más.
Ekhilur: “Es interesante porque todos económicamente ganan y presentan una alternativa al dinero actual que es un producto financiero, que no aportan ni servicios ni productos, sino que cambia de mano y sube su precio”
Eusko: “Muchas veces hemos querido dar el salto y llevar el Eusko a Hegoalde, contando como no puede ser diferente con los actores locales, pero lo principal ahora para nosotras es que el Eusko sea un proyecto autónomo económicamente, viable per sé más allá de las subvenciones, y en ello estamos ahora”
Irati: “La Moneda Social es desafiar a un sistema que cree que sólo él puede crear dinero. Seguro que dentro de unos años podré ir a Iparralde con mis Iratis y consumir en Euskos. Es Ekhilur quien va a solucionar esto”.