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¿Qué es lo que caracteriza un huerto urbano?

Lo que caracteriza un huerto urbano como su propio nombre indica es que está ubicado dentro del espacio urbano, es decir dentro de la ciudad. Mentiría afirmando que los huertos urbanos son algo nuevo, es muy probable que parte del espacio que ocupa actualmente Piparrika fuera un huerto antaño, las huertas de la Madalena son un claro ejemplo. Quizás podríamos apuntar que actualmente parte de estos huertos urbanos, han abandonado en parte su uso tradicional de subsistencia, pasando a tomar forma de huertos comunitarios y tomando nuevas características relacionadas con la soberanía alimentaria, la agricultura ecológica, la mejora de la calidad de vida, la educación ambiental, las relaciones sociales y la transformación urbana. 

 ¿Cuáles son los objetivos de un huerto comunitario? 

Como yo siempre digo, un huerto comunitario es una excusa. Robándole el término a Francesco Tonucci y dándole un carácter intergeneracional  lo que se busca un huerto comunitarios es democratizar el acceso a la ciudad y brindarle al espacio público una característica humana, concebido desde la perspectiva de cómo mejorar el hábitat con una mirada ecológica, intergeneracional e intercultural. Es decir, uno de los objetivos que tiene que tener es la integración, para ello no se puede dejar de lado que un proyecto de estas características tiene que tener un enfoque transversal de género.  Sin olvidar que la elección de la escusa no es arbitraria, es la huerta porque es la naturaleza, es la ecología urbana, es el saber ancestral colectivo traspasado de generación en generación. El aprendizaje de los ciclos de la vida, de los usos medicinales de las plantas, los sistemas de cultivos tradicionales, el reciclaje, al reutilización, la rotación de cultivos… Un espacio donde respirar aire freso y escuchar el canto de los pájaros en medio de unas ciudades que se nos presentan contaminadas, sobrias y aceleradas.   

¿Qué tienen que ver los huertos comunitarios con la soberanía alimentaria? 

Creo que en los espacios comunitarios agrícolas se aprende mucho sobre soberanía alimentaria. La producción agrícola local, el producto de temporada, el propio acceso a la tierra que va ser la que después nos de los productos que vamos a disfrutar. Aunque sea en pequeña escala, sin poder llegar a abastecernos por tamaño y producción permite el acceso a la tierra a pequeños productores. El tema de las semillas y la reproducción de las mismas. Por ejemplo en Piparrika se colabora con el banco de semillas de Navarra en el mantenimiento de especies autóctonas. El reconocimiento de los derechos de las campesinas que desempeñan un papel esencial en la producción agrícola y en la alimentación. Sin olvidar el componente educacional que tiene un huerto comunitario de estas características que tiene cuando menos la obligación de concienciar de la importancia de todos los componentes que se han nombrado anteriormente, pudiendo hacerlo de forma práctica en el propio espacio comunitario. 

¿Cuáles crees que son las claves para que un huerto urbano funcione? 

Creo que como en cualquier proyecto comunitario la clave está en el propio vecindario de la zona donde esté ubicado en huerto. En el caso de Piparrika hay que tener presente que la idea surge de un grupo de vecinos y vecinas pero es apoyada por el resto del movimiento vecinal organizado en unas jornadas de barrio.  Esto hace muy fácil que se de una respuesta positiva. Si bien es cierto que es necesario un grupo motor o dinamizador del proyecto para dirigir, organizar y planificar el día a día. Es importante que este grupo motor tenga apoyo e incluso otros grupos de trabajo que bien pueden venir definidos por las características antes nombradas: Educación, Genero, Huerto (ecología, semillas, plantación), construcción (reciclaje y reutilización)… dependiendo de las necesidades y propuestas que van surgiendo, no hay que olvidar un que espacio comunitario se nutre de las propuestas que llegan y se desarrollan por la propia comunidad, el vecindario. 

¿Con que otros huertos urbanos tenéis relación? ¿Cuáles conocéis? 

Contamos con un grupo interhuertos en el que estamos el resto de proyectos de huerto comunitario que se fueron realizando en los barrios de la ciudad, Lorealdea en Ermitagaña-Mendebaldea, Krispilla en Txantrea, Baranpeza en Rotxapea y luego estaría el huerto de San Juan con el que nos ha costado mas contactar pero al fin y al cabo todos funcionan a través del voluntariado y se llega a donde se puede. Aunque no hay un contacto directo si que se conoce experiencias de otras ciudades como puede ser Bilbao, Zaragoza, Gran Canaria, Madrid o Barcelona. Tenemos relación con el Comando Borraja que actúa en espacios degradados o en desuso con potencial agrario para plantar un huerto. Su misión es proteger la tierra haciéndola mucho más ecológica. Este año tuvimos la suerte de ser  reconocidos por ellos y ellas como organización que trabaja la agroecología y la sostenibilidad. Hemos participando junto a Lantxotegui que cuenta con propia experiencia de formación en horticultura y jardines en un proyecto Erasmus+. El proyecto se ha titulado “Espacios abiertos de aprendizaje en comunidades locales” y ha contado con la participación entre otros del Centro de educación para adultos de Braunschweig, GmbH (Alemania) que también cuenta con un espacio de huerto comunitario. De este trabajo se ha editado en varios idiomas entre ellos Castellano y Euskera una Guia de Buenas Practicas de espacios de aprendizaje en comunidades locales. 

Supongo que el trabajo estará muy en función de las estaciones ¿Se adaptan bien los compromisos de las personas con las estaciones? 

En esto la tierra nos da una ventaja, la época de más trabajo es la primavera y el verano, momentos en los que la gente coge este tipo de actividades con mas ganas. El buen tiempo nos anima a salir a las plazas, a disfrutar de los espacios abiertos y con las características que tiene un huerto comunitario es muy propenso a ello. No tienes un plan, sales a disfrutar del sol y allí en medio de la ciudad te puedes encontrar con la vecina que lee un libro o un compañero que se animó a recoger unas hierbas para el té y esa tarde acaba con el riego la huerta antes de que el atardecer nos deje una preciosa imagen del atardecer entre naturaleza en medio de la ciudad. Sin olvidar que tenemos ciertos días propuestos como de trabajo, los miércoles y los viernes en los que más o menos personas pero siempre hay alguien trabajando por allí. Y los turnos de verano para el riego actividad obligada en verano, se plantea un responsable pero nunca falta la ayuda de alguien que está disfrutando del espacio y se anima a ayudar. 

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