“La siguiente cosa grande serán muchas cosas pequeñas.”

Si la conectividad es definida como haber tenido acceso a internet en los últimos 3 meses, tan sólo el 50% de la población mundial tiene acceso a ella. El modelo de negocio que prima en el sector de las telecomunicaciones tiene el retorno de la inversión como única lógica a la hora de extender la conexión. Hay una mitad del mundo para la cual simplemente no es rentable pagar los costes. El capital prefiere el 5G que en extender la conectividad, empeorando la brecha digital.

Durante los confinamientos una gran parte de la población no tuvo acceso a servicios remotos: educación, teletrabajo, salud o cultura. Carlos Rey Moreno de APC (organización dedicada al desarrollo de las TIC promoviendo la justicia social y el acceso a internet libre y asequible para todas las personas) presentó alternativas a este modelo. “Las grandes empresas de telecomunicaciones insisten en que es imposible que las comunidades creen sus propias infraestructuras. Hemos demostrado que sí es posible con alternativas comunitarias, compartiendo conocimientos y experiencias”.

“Anualmente se realizan cumbres en todos los continentes de empoderamiento colectivo y redes comunitarias y apoyo mutuo. La brecha digital también es cuestión de género, el patriarcado está por todo y hay que conseguir que las mujeres y las personas de género diverso se empoderen, quitándonos a nosotros del medio. La inclusión digital es permitir a todas las personas proveerse de su propia conectividad si tienen voluntad de hacerlo.”

Experiencias en Navarra

Guifi.net empezó en Catalunya en 2004, y cuenta con más de 38 mil nodos activos con más de 200 mil usuarios en muchos territorios. Miguel Ángel Irigoyen señaló las desigualdades de conectividad entre lo urbano y lo rural. “Es la lucha frente al modelo extractivo donde hay muchos intereses económicos, y donde la administración pública debe actuar defendiendo el bien común. Naciones Unidas ha reconocido el acceso a internet como un derecho fundamental y, como es muy complicado que las grandes operadoras cambien su filosofía basada la maximización del beneficio a toda costa, las administraciones tienen la responsabilidad de ofrecer soluciones de conectividad a toda la población.”

Hacer viable la conexión en zonas rurales, donde los ratios de conectividad pueden bajar al 14%, no es imposible. “Realizamos la inversión con recursos propios, de ayuntamientos, de la ciudadanía e incluso de entidades privadas; después contactamos con instaladoras y operadores locales. En pocos años, se amortiza la inversión y se es propietaria de sus propias infraestructuras de comunicaciones. Nuestra filosofía está orientada a la reducción de costes y dar soluciones a las necesidades. Las redes tienen que ser sostenibles por lógicas de mantenimiento, y eso es posible a precios muy por debajo de lo que ofrece el mercado. Ante la despoblación esto es fundamental, si no hay internet la gente también se va.”

Guifi.net ya ha llevado internet a los pueblos del Valle de Erro, que fue pionero, y está trabajando en Olza, Goñi y la Sakana. La desagregación del territorio es una de las claves para la democratización de la conectividad. “Antes iba por municipios y podía optar cualquiera a estas licitaciones públicas, pero el año pasado se ha hecho a nivel provincial, lo que sólo deja espacio para las operadoras más grandes”.

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