
La ES se propone como una alternativa viable y sostenible para la satisfacción de las necesidades individuales y globales, aspirando a consolidarse como un instrumento de transformación social que reduzca drásticamente las inequidades que se reproducen en este sistema basado en el crecimiento económico continuo, la competencia a cualquier precio y la acumulación de capital. La equidad introduce un principio ético o de justicia en la igualdad. Es un valor que reconoce a todas las personas como sujetos de igual dignidad, y protege su derecho a no estar sometidas a relaciones basadas en la dominación. La ES es especialmente eficaz en la reducción de las inequidades tanto a escala local como global (entidades de inserción socio-laboral, perspectiva transversal de género, participación y democracia en el funcionamiento interno de las entidades, ausencia de lucro y reinversión de los beneficios…)