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ODS11 – Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Los desafíos actuales deben ser pensados a partir de dinámicas económicas y sociales que tomen forma en los territorios. Puesto que las iniciativas de la ES están arraigadas en la economía local, la ES puede desempeñar un papel importante a fin de respaldar un desarrollo local inclusivo y sostenible, no sólo con sus prácticas sino a través de sus redes y conocimientos específicos. Los modelos de consumo asociados a las ciudades son algunos elementos fundamentales del reto de la sostenibilidad; de ahí la necesidad de modelos integradores y sostenibles de desarrollo que promuevan la cultura local, los servicios de proximidad (incluidos asistencia sanitaria, educación y formación), la agricultura (ecológica) urbana y periurbana, la renovación de la comunidad, el acceso al alojamiento asequible y a los bienes comunes, la energía renovable, la gestión de los residuos y el reciclaje, las formas de producción y consumo con bajas emisiones de carbono, y una mayor seguridad de los medios de vida.

La ES puede fomentar también vínculos urbano-rurales mutuamente beneficiosos mediante, por ejemplo, sistemas de cadenas de valor agrícolas y de alimentos, circuitos de comercio, transportes y otros servicios. Todo ello necesita diagnósticos, previsiones y presupuesto.

Los sistemas de monedas sociales pueden representar una herramienta para el desarrollo local sostenible, siendo especialmente eficaces en tiempos de inestabilidad económica por diversas razones. En primer lugar, ya que su uso está limitado a un espacio específico, pueden reforzar el desarrollo económico local y la gobernabilidad democrática local; en segundo lugar, pueden revitalizar y estimular la producción y el intercambio; y en tercer lugar, pueden estimular las relaciones sociales. Las monedas sociales crean comunidad a través del uso de la divisa, generando un comportamiento cooperativo, favorece la inclusión social y fomenta la participación local. Estos planes ofrecen potencial para reorientar la financiación hacia objetivos sociales, y mejorando la capacidad de resiliencia financiera.

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